jueves, 27 de septiembre de 2012

El Mundial 78

de Mabel Pagano

Estaban ahí aquel día en que nosotros nos pegamos al televisor portátil llevado por el gerente, ya que el acontecimiento, muchachos, justifica el abandono del trabajo por un rato, imagínese, hace casi cuarenta años que los argentinos esperamos algo así. Vengan, chicas, que esto no se lo pueden perder y nosotras que ni locas, porque una cosa es un partido cualquiera y otra muy distinta, un Mundial. Pero la Flaca dijo yo tengo que hacer ese trámite de la importadora y se fue. Volvió cuando ya estábamos en los escritorios, todos emocionados porque todo salió perfecto, según Javier, y qué bárbaros los gimnastas, para el cadete y para nosotras, con la banda y el desfile y los papelitos, una maravilla, no sabés lo que te perdiste, pero la Flaca sin interesarse, ahí parada, con los ojos fijos en ninguna parte y diciendo que a la misma hora del festejo, ellas estaban ahí, en la Plaza, como cien, dando vueltas a la Pirámide, algunas llorando y otras diciéndoles a los periodistas extranjeros que no tenían noticias de hijos, hermanos y padres. Y los tipos seguro que los filmaban para hacernos quedar como la mierda en el exterior. Javier interrumpió golpeando el escritorio y el cadete asegurando que no importa porque, total, quién les va a dar bolilla a cuatro chifladas y nosotras diciéndole terminala con eso, Flaca, que por ahí, andá a saber cuál es la verdad y el gerente rematando con que me gustaría saber quién les paga para que saboteen la imagen del país.

Los días siguieron: la República era una gran cancha de fútbol.

Empatamos, ganamos, perdimos, pero no importa, porque la Copa se la van a llevar si son brujos y el televisor ya fijo en la oficina, mirá, mirá que remate, cómo se perdió el gol ese boludo y aquél hoy no pega ni una. Las mujeres, ya bien al tanto de lo que significa un córner, cuál es el área chica y qué es lo que debe hacer el puntero derecho. Pero Goyito, el de Expedición, desapareció hace cuatro días y nada, dale Flaca, vos siempre la misma amargada, el cadete con sonrisa de costado y Javier que por algo habrá sido, che, porque a mí todavía nadie me vino a buscar. Y ellas siguen ahí, dando vueltas a la Pirámide, ma sí, ya se van a ir, cortala, parecés la piedra en el zapato, pero tienen que darles una explicación, lo que tienen que darles es una paliza y listo, así se dejan de decir macanas cuando el país está de fiesta. 

Hay que embromarse con alguna gente, la patria no les importa, el gerente opinando desde la primera fila frente a la pantalla y la Flaca como para sí misma, el fútbol no es la patria. Gol. Gooooolllll. Golazo. ¡Ar-gen-ti-na! ¡Ar-gen-ti-na!

¿Hacen falta seis para pasar a la final? Se hacen los seis, pero a la hermana de Carrasco la secuestraron anoche a dos cuadras de la facultad, que se embrome, por meterse donde no debe, dijiste vos y Javier yo siempre le vi algo raro a esa chica, enganchando enseguida con que después de los seis pepinos a los peruanos, concierto de cacerolas en los balcones de su edificio, en pleno Barrio Norte, nunca visto, el delirio, la locura y nosotras, contando de la caravana de coches y el novio y el marido, con las banderas, los gorritos y las cornetas, nos acostamos como a las cuatro y hasta la chica aquella, Mariana, la de Libertador, con la vincha y subiéndose a un camión que pasaba para el centro, no se puede creer, ¿viste? 

Por un anónimo, nada más que por una denuncia sin fundamento y al otro porque ayudaba al cura y a las monjas en la villa del Bajo Flores. Te digo que no me quedó uña por comerme y la hora maldita no pasaba nunca, tocando el techo con cada gol y mirando el reloj, hasta que al fin se dio. Se me cayeron las lágrimas, ¡qué final! ¡El que no salta es un holandés! Y los que desaparecen son argentinos, dale Flaca, no empecés, ¿no te dije, pibe, que la Copa se quedaba aquí? Todos con las banderas y los pitos, a gritar y a cantar, dale con el tachín- tachín, juntos, en aquella fiesta que parecía que no iba a terminar nunca, porque ganamos, salimos campeones y fue como una borrachera de la que nos despertamos con este dolor de cabeza que nos martillea las sienes y un revoltijo de estómago que aumenta a medida que la tapa de la olla se va corriendo. Las cuentas finales no aparecen y la lata está rota de tantas manos que se le metieron adentro. Pero lo peor es lo otro, ellas que siguen ahí, ellas, que ya estaban pidiendo por los que no estaban mientras nosotros saltábamos, sordos a lo que decían algunos como la Flaca, ustedes no se dan cuenta de lo que está pasando y cuando comprendan, ya va a ser tarde. Aseguraba que éramos como los alemanes, que veían el humo saliendo de las chimeneas de los campos de concentración y miraban para otra parte, se callaban, como callamos nosotros, entonces y después, tapándonos hasta las orejas cuando las sirenas nos interrumpían las noches, o escuchábamos algún grito, o se llevaban a alguien del piso de abajo. Nos dieron un pirulín para matar el hambre. Flaca, tenías razón y una entrada al circo para comprarnos la conciencia.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Cacerola y medio pelo

Por un tal Juan Aloisi

Estuve pensando en escribir sobre el cacerolazo de anoche sin ofender a ninguno de mis amigos q adhirieron a semejante expresión de la queja por la queja misma. Luego me dije, q joder, hoy es mi cumpleaños, voy a escribir lo que quiera. Ya somos grandes. Y el que se sienta ofendido está invitado a debatir mis y sus ideas

Francamente todavía no sé a qué se juntó esa gente. Creo que ni ellos lo saben. Escuché y leí que era una "manifestación por la libertad", "en contra de la Diktadura", "por la libertad de expresión", "basta de inseguridad", "basta de korrupción" y no sé q otros berretines mediáticos masticados y vomitados para q algunos coman. Creo que toda una máscara para quejarse por lo q verdaderamente les importa: El dólar.

Lo que me llamó la atención (o no tanto) es q en esa plaza no había pobres. Ni gente pidiendo comida o trabajo. Ni estudiantes reclamando educación pública. Ni jubilados haciendo choripaneadas. No, era gente clase media y de ahí para arriba. Que tienen todo su derecho a protestar, pero que marca q las cosas no están tan mal como los mercaderes nos quieren hacer creer.

Ya el hecho de estar en una plaza diciendo lo que querés decir contradice casi todos los puntos por los q te quejás. Reclaman que no hay libertad de expresión; cosa extraña, teniendo en cuenta q hace muy poquito una revista, supuestamente periodística, publica una nota y una tapa que objetivamente denigra el ejercicio de la profesión (¿se imaginan si alguien hubiera hecho una tapa así con la imagen de Videla?).

Inseguridad, inseguridad!! ¿Alguien me puede explicar qué es la inseguridad? ¿O de dónde salió? ¿O cómo debería solucionarse?

¿Que este gobierno es violento? ¿Violento con quién? ¿Conmigo? ¿Con ustedes? No jodan. Si es violento con los q vendieron y compraron el país, q le metan nomás, a mí no me jode. Aparte, no es violento ver un cartel q diga: "Volvé Nestor, te olvidaste a Cristina" o ver a una mina con un pañuelo blanco en la cabeza q dice "Aparición con vida del sistema republicano!! Se lo vió por última vez con vida el 25 de mayo de 2003". Eso además es tremendamente ofensivo. ¡Cuánto snobismo y mediocridad berreta, por favor!

Se quejan también de que no nos dejan viajar o hacer lo q queremos con nuestra plata. Un imbecilidad que me cuesta leerla de gente con educación universitaria. Ustedes pueden hacer lo que quieran con la plata, comprar dólares, oro o billetes del estanciero. Pueden viajar a Brasil, Portugal, Grecia o a la concha del mono si se les ocurre. Nadie les cierra las puertas. Pero hay que estar limpito, eso sí. Ya la boludez de pagar $39 de monotributo y viajarse 15 días a México de joda no va más. Flaco, te alcanza la guita para eso, te alcanzará para pagar más impuestos.

Porque de eso se trata y nadie lo dice. Los que más tienen son los que más tienen q aportar. Y lo que más les hace revolver las tripas a la gorilada es que esa guita se reparta en ayuda social. En auxiliar a los sectores que todavía no han podido entrar en el sistema. A los negros de mierda. A lo vagos. A las negras que se hacen embarazar para cobrar una AUH. Algo q pregona su tan amado Lula. Lo q pasa es que queda muy lindo cuando lo dice uno de otro país. Cuando se hace acá, la aristocracia de verdad y la de cotillón, se retuercen de la acidez porque no se bancan que les saquen ni un poquito para repartirlo. El famoso país del qué me importa.

Pero que las clases altas se cagan en los demás es más viejo q el mundo. Me llena más de una bronca triste ver a gente más "del medio", como casi todos nosotros, que labura un poco más, un poco menos para q vivir más o menos bien, relinchar a favor de los mismos que les rompieron el culo toda la vida.

"La gran tragedia argentina de los últimos sesenta años es que, la clase media, siendo una creación de las políticas económicas del peronismo, sea visceralmente antiperonista, y reclame a la vez las políticas liberales que la llevaron a la bancarrota..."

"El tema es que esa clase media no se reconoce como tal, es una clase media que come, se viste, calza y cobra por clase media pero añora ser y pertenecer a las clases altas, como sí estas fueran a permitir en algún momento, que formen parte de ellas. Esta es la tan mentada "no conciencia de clase" de la puta, nunca tan bien llamada, clase media argentina. No saben ni quienes son, ni como pensar, ni a quien hacerle caso. Es una duda metódica. Solo saben que no saben nada, y de política y de historia menos."

Eso los convierte en gorilas, háganse cargo muchachos. Basta de fingir que les interesan los pobres, cuando todas las referencias hacia ellos son "negro", "negro de mierda" y "vagos". Basta de tibios. Basta de "objetivismo". Basta no proponer nada. Basta de no decir a quién votaron, a quién votarían, quién les parece un buen cuadro, POR QUÉ les parece un buen candidato. No saben, no les interesa, no se quejen al pedo. Quieren quejarse y opinar, lean, averigüen, estudien, pregunten. Dejen de argumentar repitiendo los títulos de los diarios o con filosofía de sobrecito de azúcar. Quieren ser opositores, fenómeno, pero con propuestas, ideas, capacitación y laburo. Si no, sigan siendo parte de ese medio pelo argentino que siempre fue oveja de las peores épocas de nuestra historia.

PD: Y a los que dicen que esto es una diktadura, sólo les puedo decir, sin negociar, q son unos mamarrachos, pelotudos e ignorantes q no tienen la más puta idea de lo que significa una dictadura.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Juventud, divino tesoro

En todos lados resuena que la juventud está perdida. Se naturaliza tanto esa frase, que hasta nos convence de que es así, de que tiene que ser así, y que no hay otra realidad posible.

¿Qué significa que está perdida? 
¿Quién la perdió?
¿Qué es estar "encontrados"?
 ¿Los "grandes" quieren que nos "encontremos"?

El mayor problema es el escepticismo ante la juventud. Se piensa que todos los jóvenes somos apáticos que no nos interesa nuestro propio futuro, y mucho menos el de toda la sociedad. Pero eso es mentira. Un joven necesita un gobierno que no lo abandone. Una sociedad que no lo estigmatice. Un joven necesita programas de capacitación, necesita comprensión, necesita que su voz se escuche. Para atender a la juventud no basta con organizar un partido de fútbol o un recital.

Hay que buscar una sociedad que promueva el diálogo y que luche contra lo que Paulo Freire llamó antidiálogo, resultado de una educación verticalista, que es lo que algunos sectores proponen. Una sociedad que nos respete y que nos enseñe a hacer valer nuestros derechos. Que no se nos tilde de vagos y atorrantes cuando nos organizamos en los centros de estudiantes, como pasó a principio de este año en las tomas de los colegios porteños. 

Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica, dijo Salvador Allende.  Al fin y al cabo, creo que lo que en realidad pasa, es que a muchos les conviene que estemos perdidos. Y por más que hablen de la juventud perdida con resignación -y hasta con odio-, les encanta que sea así. Porque una juventud despierta puede corromper con sus intereses. Porque una juventud despierta pone en marcha el cambio inevitable. Que así sea.

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Qué tal si deliramos por un ratito?

¿Qué tal si deliramos por un ratito?
 ¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible?

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones;

 En las calles, los automóviles serán aplastados por los perros;

La gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado, ni será tampoco mirada por el televisor;

 El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia y será tratado como la plancha o el lavarropas;

 Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;

En ningún país irán presos los muchachos que se nieguen a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo;

 Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajarán para vivir;

Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas;

 Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas;

 Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos;

Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas;

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo;

 La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero;

 La comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos;

 Nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión;

 Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle;

 Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos;

 La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla;

 La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda;

 En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria;

 La Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo;

 La Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: «Amarás a la naturaleza, de la que formas parte»;

 Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;

 Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados porque ellos se desesperaron de tanto esperar y ellos se perdieron por tanto buscar;

 Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de belleza y voluntad de justicia, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuando hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;

 Seremos imperfectos porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo, en este mundo chambón y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y, cada noche como si fuera la última.

FELICES 72 A MI AMOR LITERARIO, EDUARDO GALEANO