viernes, 20 de abril de 2012

Ojos que no ven, realidad que no existe.


“¡Hola! ¡Sean bienvenidos al mundo de la Comunicación!” – nos recibe la carrera. – “Eso sí: les aviso que este es un camino sólo de ida, y que no habrá salidas de emergencia. Los invito a abrocharse los cinturones; espero que se sientan cómodos y disfruten cada segundo de su paso por mí. ¡Suerte!”

Y durante todo ese recorrido, los comunicadores debemos ir esquivando –como Neo en la película Matrix con las balas-, un tiroteo de ninguneos persistentes hacia nuestra profesión. Es mi intención aquí poder arrebatarles el arma a aquellos francotiradores, generalmente pertenecientes a carreras de las denominadas Ciencias Duras o Tradicionales, que subestiman hasta el cansancio a esta disciplina que –me atrevo a decir con orgullo- es superadora y engloba a las demás.

Ser comunicadores es una forma de ser.
Es el hecho primero y fundante por el cual reivindico a la maravillosa ciencia de la Comunicación. Es una manera de pararse frente al mundo, y también de cambiarlo. Especialmente aquellos a los que nos apasiona el mundo de los medios masivos, de la opinión pública, de la construcción y concepción de realidades. Tenemos esa cuota innata de magia, de creatividad, de color, ese “nosequé” que nos diferencia de los demás estudiantes que viven en un limitado y cuadrado mundo gris de números aburridos, de leyes –que muchas veces son obsoletas y ni siquiera se cumplen- o de la inútil memorización de los 650 músculos y los 206 huesos del cuerpo humano.

Los constructores de la verdad. “Pienso Comunico, luego existo”.
Los asuntos comunicacionales son de existencial importancia en las sociedades de hoy en día. Quienes trabajan en los medios masivos son los responsables de interpretar, construir, transmitir la realidad. Una realidad que muchas veces se deglute sin siquiera ser masticada, saboreada, o cuestionada. Esa “construcción de la verdad” es un poder inmenso que condiciona la conducta de las personas. Pero más llamativo es que si algo no aparece en las noticias, no existe: una guerra terrible y sangrienta no sucede si no aparece en los diarios más importantes del mundo. “Ojos que no ven…”

Además, sin una buena comunicación se derrumba el trabajo de los demás profesionales. Es en vano, por ejemplo, que un gobierno con los mejores y honestos funcionarios realice la mejor de las funciones públicas, si su desempeño carece de buena comunicación. Es en vano también, que una empresa con los mejores profesionales se esfuerce en llegar al éxito, si no cuenta con un equipo de comunicadores que mantengan una buena imagen de ésta hacia adentro y hacia afuera.

Por esto afirmamos que la Comunicación engloba y supera a todas las disciplinas, es imprescindible en cada una de ellas.

“El que mucho abarca poco mucho aprieta”.
Es un argumento -una bala- muy común utilizada por los francotiradores. Ellos suponen que “sabemos un poco de todo, pero al final no sabemos nada bien”. El saber un poco –bastante- de diversas disciplinas, nos permite tener una mirada global de las cosas, un panorama más abarcativo de las situaciones. Nos da la posibilidad de poder relacionarlas, y además nos invita a profundizar aquellos conocimientos que más nos interesen y apasionen, de la gran gama que nos ofrece. Las demás profesiones son los ingredientes de la torta de la realidad. Nosotros somos el cocinero.

Cuando la incertidumbre se transforma en oportunidad.
La mayoría de los futuros comunicadores no sabemos con certeza cuál es el campo de acción de nuestra carrera. Estamos seguros de que nos gusta, nos encanta, nos apasiona, pero ni siquiera podemos definirla. Simplemente tomamos carrera en el borde de la pileta, y nos tiramos de “bomba” hacia un mundo bastante incierto e inexplicable de conocimientos, salpicando también a nuestros padres y amigos con el agua de la incertidumbre –en esta instancia suelen nacer los francotiradores-.

Pero a medida que avancemos en el cursado, iremos abriendo nuestras mentes, y nos vamos a ir dando cuenta de que todas aquellas preguntas del principio, se transforman en oportunidades. Cada incógnita despertará más y más ganas de saber, de descubrir. Y así, alimentadas por la curiosidad y la convicción de transformar, se irán abriendo, una tras otra, las puertas de las oportunidades de trabajo, de aplicación de nuestros conocimientos.

Porque un futuro médico sabe que terminará en un consultorio. Un abogado es consciente de que puede desarrollarse en un estudio jurídico. Lo mismo ocurre con los contadores. Pero el comunicador no tiene un lugar específico: su amplitud de conocimientos le otorga un inconcebible abanico de oportunidades. Estamos en todos lados. Somos el espíritu, somos la esencia. Y eso lo hace emocionante.

lunes, 16 de abril de 2012

¡Los días más felices siempre fueron peronistas!

Lunes 16 de abril de 2012. Parece ser un día igual a los demás. Me levanto temprano, voy a la facultad. Vuelvo, duermo una siestita. Me levanto y me encuentro con un inicio de Facebook que me gritaba lo que mis ojos no podían creer. Inmediatamente, abrí nuevas pestañas, distintos diarios para que me lo confirmen. Y sí, esta vez era cierto: mientras yo estaba sumida en mi soñolenta siesta, el país estaba dando un gigantesco paso hacia la Soberanía.

El Estado Nacional retomó el control de una empresa clave en el desarrollo económico del país, mediante el proyecto que establece la expropiación del 51% de las acciones de YPF, de las cuales el Estado nacional tendrá el 26,01% del total y las provincias productoras, el 24,99%.

Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) se creó el 3 de junio de 1922 a partir de un decreto del presidente Hipólito Yrigoyen, en el que designaba al gral. Mosconi al frente. Fue el principal activo estratégico y económicamente viable del Estado argentino entre 1922 y 1992, logrando expandir la oferta y la producción de energía en todas sus formas, diversificando el suministro eléctrico y permitiendo una configuración de la estructura socioeconómica del país basada en la industrialización para sustituir importaciones de productos de consumo masivo.

Con YPF el Estado formuló e implementó una serie de políticas de planificación energética que resultaron en el desarrollo de un aparato productivo que posibilitó mejores ventajas competitivas en la economía nacional y condiciones de vida para los ciudadanos.

No obstante, el modelo económico de la Dictadura Militar (1976-1983) basado en las rentas agropecuaria y financiera, la desindustrialización, el estancamiento científico-técnico, la desregulación de los mercados, el ajuste estructural y el endeudamiento externo, dejaron las bases y cimientos para su completa enajenación posterior, la cual se ejecutó durante los dos gobiernos de Carlos Saúl Menem: la primera etapa culminó en 1993 y la segunda en 1999.

Las políticas energéticas son parte de la columna vertebral de un país. Retomar el control de YPF es consolidar un Estado Nacional que lucha por la Patria libre y soberana. 

Sin embargo, en mi inicio de Facebook, me encontré con los de siempre. Con esos que critican por criticar. Con los que tiran mierda al aire y sin fundamentos, aún en días gloriosos como hoy, que trascienden los colores políticos y las clases sociales. Siempre es bueno escuchar las críticas: de ahí se revisan los errores y se construye más sólidamente. Pero leer a personas que critican estos logros -inmensos y beneficiosos para todos los argentinos-, es algo que no tiene sentido, y que llega al extremo de la estupidez.

Pero esto no opacó la inmensa felicidad que invadió mi ser al enterarme de semejante noticia. Cada día estoy más orgullosa de ser parte de esto. ¡Vamos Cristina, vamos Argentinaaa! Hoy el pueblo -como Riquelme- está feliz.


¡Soberanía es recuperar lo nuestro!



domingo, 1 de abril de 2012

Pobres nubes

"Atrás de las nubes el cielo es siempre azul" "No te preocupes, ya a va a salir el sol en esta tormenta" son expresiones comunes y optimistas para decir que ya se terminará la mala racha, y que en algún momento vendrá la soleada felicidad (o la ausencia de problemas, que no es lo mismo).

Pobres nubes, digo yo. ¿Qué tiene el sol que ellas no tengan, que lo haga más buenito

Ya se que el sol es sinónimo de vida, de alegría. Que los días soleados influyen mucho en el humor de las personas. Que no es posible pensar la naturaleza sin sol: no se produce la fotosíntesis, las plantas no crecen, los animales no tienen qué comer, y las personas tampoco. 

Pero las nubes no son menos importantes en el circuito natural de la Tierra. Y ellas no tienen la culpa de formar un cocktail tenebroso cuando se juntan con los truenos y los relámpagos. Son la salvación en el desierto, el remedio de los campos después de una sequía, la razón para ver unas pelis con buena compañía y unos chocolates. Además son infinitas, son innovadoras, son revolucionarias: cambian de forma cada segundo de su existencia. Es mágico acostarse en el pasto para buscarles forma. 

Deben estar hartas de ser las "malas de la película". Es muy injusto que las andemos comparando con nuestros problemas.

Yo las banco, negras.