jueves, 8 de marzo de 2012

Yo creo que hay un closet femenino. Así como  hay un closet heterosexual. Su emblemática “salida del closet”, con la angustia y la valentía que esto supone, se asemeja al closet femenino  del cual tenemos que salir para disfrutar   de esas otras partes de lo que somos.

El salir del closet femenino implica dejar de ver la vida a través de un rulero. Dejar de  ajustarse a esos históricos y conservadores patrones de mujer que la voz masculina – relatora de la historia de la humanidad- nos fue narrando desde el Génesis.

¡Libertad, mujeres del mundo! ¡Y  FELIZ DÍA!


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