Carina Cortassa en el congreso de Comunicación Pública de la Ciencia
La investigadora del Conicet habló sobre
la importancia de la comunicación de la ciencia
y la actualidad científica en Argentina
Carina Cortassa es Máster en Ciencia, Tecnología y Sociedad por la Universidad de Salamanca y Doctora en Ciencia y Cultura por la Universidad Autónoma de Madrid. Actualmente es docente en la UNER e investigadora en el centro REDES, una unidad adscripta al Conicet, donde estudian temas referidos a la percepción y comunicación pública de la ciencia. Con las ideas bien claras y un discurso sólido, la investigadora asegura que su trabajo se conjuga con el apoyo de la familia y los amigos. “Uno tiene que tener los pies sobre la tierra y mantener las prioridades personales”, afirmó. También se refirió a la importancia de la comunicación pública de la ciencia, las diferencias entre los estudios de percepción y comunicación, el impacto de las redes sociales, y opinó que la realidad científica argentina se encuentra en una “pendiente ascendiente”.
Comunicar, poner en común
Según la investigadora, es importante que la gente tenga acceso a la ciencia, primer lugar, desde la perspectiva humanística. “Podemos pensar que la ciencia es tan parte de nuestra cultura como cualquier otra manifestación cultural”, aseguró. Y ejemplificó: “Todos quisiéramos que la gente tuviera acceso al arte, a la música, a la pintura, al teatro… bueno: la ciencia es un bien cultural”. Por otro lado, le interesa el acercamiento de las personas a la ciencia desde un punto de vista político. “La participación en los debates científico-tecnológicos es un derecho del ciudadano contemporáneo, del mismo modo en que uno tiene derecho a participar en las discusiones sobre salud, educación, presupuesto, economía”, explicó Cortassa. Y agregó que “para que esa sea una participación responsable, el ciudadano tiene que estar informado y al tanto”.
Luego la Doctora indicó que el objetivo de los comunicadores de la ciencia es “traducir” o reconstruir el discurso científico. Es decir, que los mediadores comunicacionales puedan tomar el discurso técnico de la ciencia -que no pertenece al lenguaje cotidiano-, y hacerlo no solamente inteligible para el resto de la sociedad, sino también atractivo, que despierte el interés de los receptores.
La percepción y la comunicación pública de la ciencia, son campos de estudio que tienden a solaparse y confundirse. Cortassa clarificó el panorama explicando que: “El campo de percepción y comprensión pública de la ciencia tiene que ver con cómo circula el conocimiento científico en la sociedad, y qué tipo de actitudes, intereses, valoraciones se desarrollan entre los ciudadanos”. Mientras que la comunicación de la ciencia, “es el modo a través del cual la ciencia circula y contribuye a crear esas actitudes, intereses, motivaciones”.
Aquí y ahora
Para Cortassa, las redes sociales significaron un punto de inflexión en la comunicación en general, lo cual impactó en la rama de la ciencia. Se refirió a los blogs, y la posibilidad de establecer redes de gente conectada por un mismo interés. Advirtió que “ya no hablamos de medios masivos en los que no sabemos a quiénes nos estamos dirigiendo, sino que se van conformando comunidades en la blogósfera, o en facebook, de gente interesada en eso en particular”. Y destacó un fenómeno puntual: “Hay un grupo en facebook que se llama “I fucking love science”, que empezó con una chica australiana que creó un grupo para compartir fotos y curiosidades de ciencia, y hoy tiene cientos de miles de seguidores. Es un grupo en el cual todos participamos y contribuimos, cooperamos, discutimos, nos enteramos”.
Respecto a la situación de la ciencia en Argentina, opinó: “Desde hace algunos años empezamos a tener una “pendiente ascendiente” en cuanto a cantidad de gente que nos estamos dedicando a esto, los congresos son cada vez más multitudinarios”. Y resaltó que “de a poco la comunicación científica y la creación de “cultura científica” empieza a ser tenida en cuenta en las políticas de ciencia y tecnología”. “Están entendiendo, y entender significa algo bien clarito: significa empezar a poner presupuesto, que la ciencia no se termina ahí (en el ámbito científico). Si no llega a la sociedad, queda trunca. Y así como crear conocimiento requiere presupuesto, hacerlo circular y difundir, también”.
Hace casi 20 años, el ministro de economía Cavallo mandaba a “lavar los platos” a Susana Torrado, una científica del Conicet. Carina Cortassa, calificó ese hecho como una “doble denigración”: no solo a una mujer, sino a la ciencia nacional. También reconoció que la situación de la mujer en la ciencia argentina en la actualidad no es “tan igualitaria como quisiéramos”, pero que cada vez ingresan más mujeres becarias al Conicet y a las carreras científicas. “Espero que sigamos avanzando en un camino positivo, y sobre todo lo que espero es que nunca más un ministro de economía mande a la ciencia argentina ni a las mujeres científicas argentinas a lavar los platos. Ahí sí podríamos hablar de un avance cultural y político importante”, concluyó.