lunes, 19 de diciembre de 2011


Yo tenía 7 años. Recién empezaba a escribir cuando se escribieron en nuestra historia esas trágicas hojas de diciembre. Me acuerdo de los mediodías con el televisor prendido mientras comía con los ojos gigantes que no entendían bien lo que pasaba. Me acuerdo de ver muchas personas llorando, me acuerdo de ver gente que rompía supermercados y se llevaba las cosas, de policías en caballos tirando tiros, de un helicóptero del que todos hablaban. 


El pueblo había salido a la calle a reclamar por sus derechos, y el Estado le respondió con balas. Habían salido a  manifestarse contra las políticas de ajuste, contra el hambre y  la desocupación desencadenadas por los gobiernos neoliberales precedentes. Unieron sus voces contra la exclusión y la desigualdad, pusieron el cuerpo para forzar el cambio.  Nos toca poner el cuerpo a nosotros, ahora, y exigir justicia por esas personas que dejaron su vida en la lucha, en sus ideales, por el futuro de todos.

Dicen que las comparaciones son feas, que son odiosas. Pero es un ejercicio inevitable para tomar conciencia de dónde estamos y de dónde venimos. Pero más que nada para descifrar hacia dónde vamos como sociedad, tomando esto último como consecuencia de los dos factores anteriores.

Hoy, una década después, con el mundo indignado y en la misma situación de aquella Argentina débil, es nuestra obligación salir a las calles a consolidar el notable crecimiento de nuestro país. Que es un crecimiento mucho más valioso que cualquier superávit fiscal o estabilidad política. Se trata de una consolidación cultural que funciona de escudo y nos fortalece.

"El pueblo pelea, no perdona ni olvida
ni a los vende patria, ni a los genocidas.
Vamo' compañero, vamo' a poner huevo
 por Maxi, Darío y el oso Cisneros.."

martes, 13 de diciembre de 2011

Pobrezas

Por Eduardo Galeano

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen tiempo para perder el tiempo.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen silencio, ni pueden comprarlo.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen piernas que se han olvidado de caminar, como las alas de las gallinas se han olvidado de volar.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que comen basura y pagan por ella como si fuese comida.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que tienen el derecho de respirar mierda, como si fuera aire, sin pagar nada por ella.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no tienen más libertad que la libertad de elegir entre uno y otro canal de televisión.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que viven dramas pasionales con las máquinas.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que son siempre muchos y están siempre solos.

Pobres, lo que se dice pobres, son los que no saben que son pobres.
No es fácil de explicar. 
Es un vacío que me llena. 
Que me usurpa cada parte del cuerpo. 
Me absorbe y se adueña de cada una. 
Es como que quiero escaparme de mi.
Salgo a andar en rollers, me voy de mi casa, 
pero no me voy de mi. 
Me quiero escapar un rato de acá adentro 
pero no puedo.
El aleatorio del celular trata de llenarme esos vacíos,
 pero la empeora. 
Me quejo de llena, capaz. 
Patinan mis pies, mi esencia se queda. 
Con alguna torpeza me río y se me pasa. 
Soy como una fracción.
Estaba bueno ser un entero.
Aunque la vida es eso, 
ir dejando pedacitos de uno por el mundo, en la gente.
Lo que pasa no desaparece.
Se deshace en lo fisico y se incorpora dentro de uno.
Nada se pierde, todo se transforma.
Los segundos dejaron de ser segundos
 para ser ahora una huella más en mi piel.
Gracias!
Chau.



domingo, 11 de diciembre de 2011

-Má, me voy, a las 2.15 tengo que estar en la parada..
-Pero papá dijo que no ibas
-Dale de verdad te estoy diciendo, no jodas
-No vas y punto.. preguntale


-Pá, me voy a Buenos Aires como te dije ayer, chau
-Vos no vas a ningún lado
-Oooh pero papá no entendés!! Yo quiero estar ahí, es importante para mi
-Qué va a ser importante! ¿Para qué querés ir? 
-Porque cuando sea grande les voy a decir a mis hijos que estuve ahí, es algo re zarpado lo que esta pasando loco, y ustedes como si nada
-Si nadie la quiere, con cualquiera que converses te habla mal de ella
-El 54 porciento de la gente no
-No vas a ir, ya está. Ponete en nuestro lugar, mirá si aprovechan que están todos juntos y tiran bombas, qué sabes, esas cosas son jodidas, la política es peligrosa. Además sos chica.
-Mira lo que estás diciendo papá! Mira si van a tirar una bomba! Esto es un festejo no es la represión
-Mira Santillán ese, eso no paso en la represión, paso hace poco
-Represión no es igual a dictadura. Y bueno, en el 2001, habia represión, había quilombo, ahora es re distinto papá! no entendés nada, que te pensas que los padres de todos los pibes que vienen conmigo son suicidas y dejan a sus hijos ir si saben que pueden no volver?
-No, pero a esos padres también les gusta eso, son todos cerrados, ciegos por la política
-El cerrado sos vos papá. Y si no me dejan por qué no me acompañan? Un solo día les pido que me acompañen en algo que es importante para mi y van a ver como es. No ven la televisión? La gente, desde la abuela hasta el bebé en la plaza festejando, no están todos locos.
-Vos no ves la televisión, las cosas que pasan hoy en día, los policías tirando tiros, la gente que te puede robar, ¿¡y vos querés ir sola a buenos aires!? Ni en pedo.
-No voy sola, voy con los chicos
-Y si te pasa algo qué? Los chicos no pueden solucionar nada
-Papi somos un montón, hay pibes mas chicos que yo, hay viejos mas viejos que vos, nos cuidamos entre todos
-Ayy hija qué difícil me la hacés
-No te la hago difícil, no es nada papá, vuelvo mañana a la noche, y listo
(Después de muchos minutos más de batalla)
-Bueno andate.


No tuve claro en ese momento si el "bueno andate" fue un: "andate de mi pieza y deja de rogarme pelotudeces" o "anda a Buenos Aires". Yo me jugué por la segunda opción. Y fue increíble.